Patrimonio
Entre los edificios más importantes, de Quintana del Marco, destaca el castillo medieval de los Condes de Luna y Señores de Quiñones, perteneciente al Condado de Luna. Construido en el siglo xv, se conserva perfectamente erguido el torreón, bien conservado. Fue declarado Bien de Interés Cultural y es en la actualidad de propiedad particular.
La localidad, por su parte, tiene dos iglesias, la primera de ellas es la de San Pedro, donde se encuentra el busto de Marco Aurelio considerado como elemento de interés histórico y que está incrustado en la espadaña de la iglesia, la otra es la iglesia del Salvador.
Cada una de ellas se sitúa en uno de los dos barrios en los que se divide Quintana tomando como eje el río Jamuz, antes flanqueado por un maravilloso puente romano.
Aquí también nos encontramos con una fuente conocida como el "Artesiano", que en el pasado fue el abrevadero o pilón para el ganado, y que con la obras de mejora fue insertada en un pequeño castillo en representación del que en el siglo XV tuvieran los señores de Quiñones en la localidad.
Esta fuente es muy frecuentada por los vecinos, que acuden a diario para llevar agua a sus hogares. Aunque el alcalde a través de edictos avisa periódicamente de que dicha agua no está tratada.
En Genestacio de la Vega dentro de la riqueza artística, cabe destacar el retablo de su iglesia parroquial de Santa Marina, del siglo XV y el sagrario hecho en 1593 por Pedro de Villalba, que cuenta además con notables pinturas y esculturas del siglo XVI.
Por último hay que mencionar una construcción típica de esta región: las Bodegas.
Son oquedades artificiales excavadas manualmente donde se elaboran y envejecen los vinos. La tierra que se extrae, forma la loma que remata la cavidad.
Sobre ella, la zarcera (denominada ventano por los habitantes del lugar), una especie de chimenea que sirve o sirvió para echar las uvas al interior de la bodega y como respiradero durante la fermentación del mosto.
El norte de Quintana del Marco, en la zona conocida como el pago de los Villares, sobre la calzada romana que une Benavente con Astorga, existen restos de lo que fue una gran villa romana perteneciente a la segunda mitad del siglo IV d.c.
Esta villa no ha tenido protección alguna por parte de la Diputación de León por lo que a lo largo del tiempo ha sido objeto de múltiples y continuos saqueos.
La maquinaria agrícola destrozó muros milenarios, vasijas y mosaicos, y los trabajadores se llevaron a sus casa cientos de tesoros arqueológicos.
No obstante, ha sido lugar de origen de numerosos mosaicos romanos dispersos en la actualidad por distintos museos y en ella se han encontrado también monedas, bustos, utensilios y demás objetos que en la actualidad están en manos de algunos vecinos o fueron vendidos a anticuarios.
Hoy no es posible observar construcciones en el yacimiento, si bien los materiales arqueológicos se detectan en la superficie, lo que hace sospechar de la importancia en su época del asentamiento romano y de lo privilegiada que tenía que ser su ubicación.
De esta villa romana procede el famoso mosaico de Hylas o Las Ninfas, que actualmente se puede contemplar en el Museo Arqueológico Provincial de León.
En la cultura romana, los mosaicos reflejaban los gustos, intereses o necesidades decorativas de los propietarios que los encargaban; la iconografía de los mosaicos está directamente sugerida o escogida por sus usuarios, siendo los temas mitológicos predominantes en los pavimentos de las villas.
Otro mosaico encontrado aquí es el que representa una figura femenina que bien pudiera ser una alegoría al invierno aunque para otros estudiosos sería un motivo iconográfico cristiano: la representación de la Virgen María y que actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, junto con el mosaico de "El Faisán" y el mosaico de "Las Perdices".
Todos ellos declarados de interés cultural.
